El Sentido de La Vida (Parte 1)
Ubíquese hace 60 años atrás en la segunda guerra mundial. Específicamente en el campo de concentración más grande de la maquinaria Nazi para el exterminio judío llamado “La última solución”. Está ubicado en la población de Auschiwtz, Polonia. Ahora imagínese que todos lo días, usted puede estar en la lista de turno para la cámara de gas, el tren de la muerte, una fusilada masiva o cualquier otro o intento de arrebatarle la vida a manos de los soldados alemanes. Ningún otro suceso en la historia ha sido tan amargo como el “holocausto”, donde vivir era la única razón para precisamente seguir viviendo. Estas personas vivían en la sensación de la incertidumbre constante por su familia, su pueblo, su historia y por sí mismos. Todos los días podían ser el último día en medio de cadáveres, hambre, frío, trabajo forzado y en ocasiones desnudez.
En dicha situación, ¿sería usted capaz de reconocer su realidad y seguir adelante sacando lo mejor de esta? ¿Cuántas personas podrían hacerlo? Usted pensará que no son muchas, quizá ninguna, pero Viktor Frankl, el creador del libro “El Hombre en búsqueda del Sentido” lo hizo. En medio de semejantes condiciones, se propuso encontrar la razón de su vida. Entonces logró ver que aquellas personas que perdían la vida más pronto o que se suicidaban casi inexplicablemente, eran los más jóvenes. En contraparte, aquellos que aguantaban más eran los de mayor edad. Descubrió en aquellas personas que la razón de no morir aplastadas por las condiciones del “holocausto”, era que habían encontrado en su vida motivos para seguir viviendo: por lo general eran sus familias. Es decir, habían encontrado un Sentido, una Razón, para seguir. Otras de las razones encontradas podrían ser consideraciones concretas como un trabajo, una ocupación o un deseo de llevar a cabo un proyecto.
Victor Frankl, Psiquiatra de profesión, logró encontrar también su Sentido de Vida al tenernos hablando a estas alturas de El Sentido de Vida. Así suene redundante o demasiado obvio, es una realidad que llenó la vida de él y de quienes lo rodearon, le permitió sobrevivir y explicó cómo el ser humano, en situaciones extremas necesitan una motivación para no desfallecer además de cómo la felicidad se encuentra y se reconoce precisamente estando en estas circunstancias.
(Fragmento de "Contradicción en la Crisis")
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